Muchos son los comercios que apuestan por la venta de cigarrillos electrónicos. El 90% de estos
productos son fabricados en china. Nos encontramos que hay una diferencia de precio abismal
entre unas tiendas y otras, pues bien, esto es debido a que aunque casi todos los cigarrillos salgan
del mismo sitio, no todos tienen la misma calidad. Un producto de calidad no cuesta menos de 15
euros a lo que después hay que sumar el iva, transportes y otros gastos. Si en España hay cabida
para unos 6.000 establecimientos, solo en valencia existen ya 250 tiendas especializadas en
cigarrillos electrónicos.
Por otro lado nos encontramos que cualquier comercio puede subministrar este producto. Los
cigarrillos electrónicos, son artículos que pueden contener nicotina y requiere una conveniente
formación del vendedor para subministrar el producto, no debería estar permitida su venta en
cualquier sector. Es necesaria una información completa antes de empezar a utilizarlo. Se trata de
un producto de fácil manejo, pero cada cliente necesita encontrar su nivel de nicotina y sabor para
vapear. Este proceso es necesario para todo aquel que se una al mundo del vapeo, y para ello se
requiere alguien con una pequeña formación que nos pueda aconsejar y guiar.
Respecto a el gran debate que existe de si son o no inocuos, podemos asegurar que son menos
dañinos para la salud que los cigarrillos convencionales. No obstante, se deben aún evaluar los
efectos de una exposición prolongada a las sustancias que integran, así como al vapor que emiten.
Existen estudios que dictaminan que las toxinas encontradas en estos líquidos están por debajo de
los niveles que podrían provocar una alarma.
La Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico, ha elaborado un código de autorregulación, al
que ha tenido acceso expansión, que incluye, entre otros puntos, adelantarse dos años a la
implementación de la directiva europea en relación a los criterios de calidad, seguridad y pureza
del producto acordados por Bruselas. También propone un sistema de licencias para que sólo
puedan vender cigarrillos electrónicos establecimientos autorizados, que cumplan una serie de
requisitos. Los productos deberán tener asimismo un seguro de responsabilidad del fabricante o del
importador, y los vendedores no podrán hacer alegaciones sobre los beneficios para la salud.