Como la de tantos otros productos, la gama de cigarros electrónicos es lo bastante amplia para adaptarse a los gustos de cualquier consumidor. En este caso, por gama, hablamos sobre todo de marcas, ya que en realidad, elegiremos entre el modelo de batería más grande, el cigarro de dos y el de tres piezas.
Diferentes líquidos sabores
Un dato que no parece necesario recalcar y, aun así, lo haremos es que el cigarro electrónico viene con un cargador, el cartucho, el atomizador y el líquido de vapear con la dosis de nicotina que cada uno elija. Incluso, existen este tipo de líquidos sin nicotina. Precisamente, en cuanto a este líquido sin nicotina, la gama de sabores va desde el tabaco tradicional hasta la cereza, pasando por el mentolado, el café o el melocotón. Variedad, pues, en este aspecto.
Otro factor que diferencia a unos cigarrillos de otros -y que no debería ser determinante para la elección- se refiere al precio. Un coste que, en todo caso, dependerá de cuánto se fume. Es más: según en qué país compráramos tabaco, el cigarrillo electrónico supone un ahorro.
Ahorro y salud
Vamos a suponer que nos fumamos un paquete de cigarrillos al día. Supongamos que a cuatro euros y medio. Nos sale por unos ciento treinta y cinco euros al mes. Ahora, dejemos de fumar y vapeemos: el coste de este hábito suele cifrarse entre los cuarenta y los noventa euros mensuales. Económicamente, saldremos ganando.
No existe un criterio claro para decidir qué cigarro electrónico es el ideal para cada uno, salvo el que se refiere a las preferencias personales de sabor e intensidad de la experiencia. Lo que sí está claro es que se puede elegir entre fumar o no. Y por salud y, como acabamos de ver, economía, la mejor opción está clara.