Dos empresarios de origen francés han decidido abrir en Londres una cafetería donde consumir cigarrillos electrónicos y nicotina sin humo. Este local se encuentra situado en el corazón de la ciudad donde la conjunción de café y cigarrillo, ya no debe ser separada, para poderlos consumir dentro de un local. En el Reino Unido son muchas las normativas negativas sobre el tabaco y a los cigarrillos electrónicos cada vez se les aplican más.
El establecimiento ofrece a sus clientes la posibilidad de comprar un cigarrillo electrónico por un precio de entre 45 y 100 libras (55 a 120 euros). Esa base se adereza con un surtido de líquidos de hasta veinte sabores diferentes, como fresa, mandarina, ginebra, absenta, coco, puro habano o tabaco. Cada botellita tiene 10 ml. y cuesta siete libras (unos 9 euros). Por si resulta caro, los propietarios del local insisten en que un solo frasco equivale a siete cajetillas de tabaco. Las variedades de café son también múltiples aunque la bebida es mantenida dentro de los cánones habituales de quienes lo prefieren en los variados gusto de la moka, colombiano, turco, con cafeína y descafeinados.
Los dueños ofrecen la posibilidad de comprar o alquilar los cigarrillos electrónicos
Los botellines de cualquier sabor sean o no con nicotina tienen un precio mayor que las que podemos adquirir en cualquier establecimiento. Sin embargo los dueños del local afirman que un solo botellín equivale a más de siete cajillas de cigarrillos, de atenerse a la equivalencia en porcentaje de nicotina.
Los empresarios Pierre Durand y su socio, Jonathan Cadeilhanm han dicho que la experiencia para los británicos es nueva, pero que la idea ya tiene mucha aceptación en Francia, donde hay mas de doscientos locales como el que inauguraron.
Las autoridades sanitarias de Londres, estudian en tanto si se está cumpliendo totalmente con la normativa que prohíbe fumar en locales públicos y que tiene dos interpretaciones claramente definidas en el mundo: en muchos países el cigarrillo electrónico es aceptado para inhalar en interiores públicos, mientras en otros, es tan prohibidos bajo la misma normativa que el tabaco.