El vapor de los cigarrillos electrónicos no afecta a las personas de alrededor

La asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico niega que haya exposición pasiva al vapor del cigarrillo electrónico.

Se han realizado estudios sobre el tema por el Instituto Catalán de Oncología, donde se niega que el humo de los cigarros electrónicos tenga impacto en las personas no fumadoras que soportan una exposición pasiva.

Se han publicado en diversas revistas científicas de Francia, Estados Unidos, Grecia y Alemania, artículos que aseguran que no existe la figura del fumador pasivo y que la salud de la persona que aspira el vapor que queda en el ambiente no supone ningún riego para la salud.

ANCE señala que al ‘vapear’ no se produce una combustión, como ocurre cuando se fuma tabaco, sino una condensación y argumenta que el vapor de agua ni contamina, ni perjudica al resto de personas presentes.

Después de comparar el humo del cigarro convencional, y el del e-cigarrillos se concluyó que el vapor del dispositivo desaparece de la atmósfera en un tiempo máximo de 11 segundos, mientras que el humo del tabaco tarda 20 minutos en desaparecer por completo un total de 110 veces más que el cigarrillo electrónico.

El sector del e-cigarrillo es uno de los segmentos que ha mostrado una evolución más positiva en España en los últimos tres años, a pesar de la coyuntura económica y de que la falta de estudios sobre el producto y la campaña negativa que se ha creado por compañías que no interesan que este sector siga creciendo, ha propiciado falsos mitos y críticas.

ANCE reconoce que existen ya en España 800.000 vapeadores, más de 3.100 puntos de venta de cigarrillos electrónicos y a unas ventas superiores a los 24,6 millones de euros, en 2013, a los que hay que añadir a día de hoy unos 4.000 estancos que comercializan cigarrillos electrónicos.

Todo y que siempre se remarca que el perfil consumidor suelen ser varones de entre 30 y 35 años no es del todo cierto, cada vez son más los que se unen ha este sector tanto mujeres como hombres.

Los vapeadores españoles consumen unos 73 botes al año, que cuestan en total 292 euros al año, que sumados a los 33 que vale el kit con el producto y sus complementos hacen que una persona que vapee gaste una media de 325 euros al año mucho menos que si lo comparamos con un fumador de paquete diario.